martes, 29 de mayo de 2007

VIOLENCIA DOMESTICA

El tema de la Violencia Doméstima es importante que se hable En Confianza y abiertamente. Las mujeres no podemos seguir callando y diciendo que “la ropa sucia se lava en casa”, porque el silencio es precísamente la mejor forma de apoyar la violencia y ayudar a que ésta continue y no solo en contra de nosotras, sino también en contra de nuestros hijos.
Desafortunadamente, yo he sido testigo de todas las cosas que algunas mujeres creen que tienen que aguantar por salvaguardar su matrimonio, porque sus hijos no pierdan a su padre y porque sienten que no tienen ninguna otra forma de salir adelante. Porque la sociedad las acusa, porque su propia familia la culpa y porque, francamente, su auto-estima anda por los suelos. Todo eso debe cambiar. Primero - La verdad es que para salvarguardar un matrimonio se necesita que las dos personas estén interesadas en salvarlo, de otra manera, no es un matrimonio, sino una situación en que una de las partes hace todo lo que le viene en gana y a la otra nadamas le queda aguantar. Segunda – Lo que los hijos viven en una situación de violencia doméstica, es un infierno. Los pobrecitos viven aterrorizados por las cosas que hace su papa y por lo que le pueda pasar a su mama, o viceversa. Y lo peor de todo no es eso, sino que esos niños inocentes, están aprendiendo paso a paso, como en un manual, a ser exactamente igual de violentos que su padre o su madre. Y Tercero – lo más seguro es que su autoestima esté baja porque esa persona constantemente la está humillando, diciéndole que es una tonta, que no sabe hacer nada bien y muchas cosas por el estilo. Verdad?Y usted se pregunta, cómo es posible que ese hombre que cuando quiere puede ser tan cariñoso, tan complaciente, de pronto se convierta en un ser explosivo y totalmente irracional? Pues la respuesta en sí no es complicada, pero el resultado sí que lo es. Mire, la violencia doméstica es parte de un ciclo: la primera fase se llama Luna de Miel, que es como su nombre lo indica, el momento en el que todo es miel, la persona se comporta dulce y complaciente y todo está como le gustaría a usted que fuera la vida siempre. La Segunda etapa se llama Tensión, usted la va a reconocer, es cuando se da usted cuenta que la persona empieza a molestarse por cualquier cosa, cuando comienza a impacientarse por casi nada, y cuando el resto de la familia comienza a caminar sobre cascarones. La tercera se conoce como La Explosión, que…. Bueno, no necesito explicarle los gritos, los insultos y, probablemente, hasta los golpes. La cuarta etapa es por supuesto El Arrepentimiento, en donde el se desvive por pedirle que le perdone y le jura que nunca lo volverá a hacer, solo para comenzar el ciclo volviendo a la Luna de Miel y así sucesivamente. Desafortunadamente, estoy segura que todo ésto le suena muy conocido.Amiga, a usted le digo que las cosas no tienen que ser así y que usted puede tener la solucion en su mano si la busca. Acuda a las organizaciones que dan albergue y consejeria para las mujeres que sufren violencia domestica. Recuerde, amiga mía: La violencia no se acaba, sino que siempre va en aumento.

LAS APARIENCIAS ENGANAN

La otra tarde, acompañé a mi hija y a sus dos amigas “de compras”. Más que haber ido de compras, parecía que estas jovencitas se estaban preparando para un concurso de belleza, como los de Miss Universo. Entraban y salían de los probadores con un estrés tal, que se les veía en la cara. Se ponían y se quitaban la ropa tan rápido, que no me daban tiempo de analizar con calma si les favorecía o no, cuando ya se había vuelto a meter al probador, sólo para salir con otra ropa que se quitaban tan rápido como la anterior. Por supuesto, lo que a mí me parecía que se les veía estupendamente, a ellas resultaba “engordante”, que las hacía verse más chaparritas, o muy altas, o muy “viejas” (cuando tienen entre 16 y 19 años), o nada “sexy” o muy 70’s y qué se yo que más. El caso es que nada, les satisfacía. Estaban buscando vestidos para ir a una boda y esto era sólo el principio, pues lo peor estaba aún por comenzar.

Una de las tres se desesperó y comenzó a llorar (todas las mujeres conocemos esa frustración cuando uno no encuentra algo que le guste), otra comenzó a pelear con ella y la tercera quería calmar a las dos. La situación había pasado de “ir de compras” a “drama” en materia de segundos (¿les suena familiar?). Como yo misma ya me había puesto de malas, decidí que sería mejor hacer una parada en casa, tomar un refrigerio ligero (por aquello de que no se nos vea la panza) y descansar un poco para después reanudar nuestra búsqueda. Ya en casa, recordé que había leído unas estadísticas que MSN publicó ‘online’, sobre la Apariencia Física y el ser Sexy y me fuí a buscarlo para compartirlo con estas niñas entonces y ahora con ustedes:

Se les preguntó a 10,000 hombres de todas las edades qué consideraban sexy y la respuesta abrumadora, para sorpresa de muchos, fue que no era una sóla cosa, sino una combinación entre 1) actitud y seguridad en sí misma y 2) un físico agradable. Segunda sorpresa, el 76% de esos hombres, dijeron que podían considerar sexy a una mujer que usara talla 14 o mayor. Estos números son bastante altos para ser ignorados. Si bien es cierto que mientras más jóvenes eran los hombres, más se inclinaban por el físico, también admitieron que no es lo único que les llama la atención. Por supuesto, conforme se van haciendo mayores y van adquiriendo experiencia, según la encuesta, le dan más valor a la seguridad, la inteligencia, la personalidad y la manera de conducirse, pero eso sí, todos estan de acuerdo es que ‘SEXY’ no es una sola cosa, sino un buen balance de físico, actitud y otros atributos.

La razón por la que esta información resulta importante, es porque todas las mujeres tenemos una tremenda presión en cuanto a nuesta apariencia física y creemos que lo que nos dicen los medios y la moda es la verdad: que tenemos que ser talla 4, que tenemos que tener las piernas largas, que las rubias se divierten más, que las ‘curvas’ no están de moda, etc. Pero, con estas y otras estadísticas disponibles, nos podemos dar bien cuenta que tenemos muchas cosas de dónde hechar mano para sentirnos seguras, bonitas y atractivas. Creo muy importante que las jóvencitas sepan ésto y que sepan que no es la báscula o lo cara o la ropa lo que las va a definir, sino un conjunto de cualidades y no sólo la imágen como parece ser la equivocada creencia general. Especialmente las jovencitas, tienen la enorme belleza y frescura de una radiante juventud. Si la combinan con una linda personalidad ¿quién se podrá resistir?

viernes, 25 de mayo de 2007

ES USTED UNA PERSONA EXITOSA?

Una persona del público me hizo una pregunta muy interesante: cuál, según yo, es la diferencia entre las pesonas que tienen éxito y las que no lo tienen.

Me parece que no me tomó ni un minuto responderle: La Actitud. Es cierto amigos, la actitud ante la vida, es el ingrediente secreto de los triunfadores. Aquellos que de un limón hacen una limonada, los que saben ponerle humor a la vida, son también los que nunca se dan por vencidos ante un error, que una negativa no les intimida y que una caída les sirve para levantarse de nuevo y de ahí para adelante.

Quiere ser usted un ganador? Entonces comienze por analizar su actitud ante la vida y los demás en general. Una vez que se domine a sí mismo, podrá fácilmente manejar lo que se le presente. Tome su destino en sus manos. Una actitud positiva, especialmente en los momentos difíciles, lo es todo. Decídase hoy a cambiar su futuro.

Yo soy Silvia Uribe y nos veremos aquí el próximo Martes.

ACOSO SEXUAL

Una persona me pregunta si hay algo que pueda hacer cuando en su trabajo le hacen constantes insinuaciones de tipo romántico o sexual que le molestan.

Por supuesto que hay varias cosas que se pueden hacer en ese caso y vamos por partes. En primer lugar llame a las cosas por su nombre. Esto se llama ‘acoso’. El acoso sexual es muy común y va desde actitudes que parecen ‘inocentes’, hasta las más extremas. Por ejemplo: chiflidos, piropos o bromas groseras, conversaciones referentes a ciertas partes del cuerpo, insistencia para salir en una cita, cartas o recados de amor, llamadas telefónicas molestas y desde luego, tocar a alguien inapropiadamente o tartar de besarle entre muchas otras.

Es cierto que esos actos son comunes, pero cuando no son bienvenidos y se siguen llevando a cabo, constituyen acoso sexual. Ante esa situación, lo primero que usted debe hacer es decirle a la persona que no le gusta lo que está haciendo y, si insiste, debe reportarlo con su supervisor. Si es su supervisor quien está acosándole, deberá ir con su patrón o a Recursos Humanos. Todas las empresas están obligadas por ley, a no ignorarle, a evitar el acoso sexual y a crear un ambiente de trabajo que no sea hostil para nadie. Para más información al respecto, puede usted llamar al Centro Contra la Violación Sexual.

Es importante recordar también que el acoso sexual se puede dar entre compañeros de igual nivel, entre supervisor y empleado, entre hombre y mujer y entre personas del mismo sexo.

LA VIOLENCIA

Hoy en confianza vamos a hablar de algo de lo que, desafortunadamente, muchos de nosotros conocemos de sobra: La violencia.

Este tema lo sugirió una amiga muy jovencita que cursa el grado 10 de High School. Ella nos comenta que tanto entre sus compañeros de escuela, como entre su círculo de amigos hay personas que quieren imponer sus opiniones y que lo hacen ya sea por las buenas o por las malas. A muchas personas les sorprende, pero la verdad es que la violencia es un problema que comienza desde muy temprana edad y que como padres y maestros, debemos ser capaces de detectar para intervenir a tiempo y que el problema no avance. Porque es así, la violencia siempre avanza y se hace cada vez más frecuente y más explosiva. Si creemos que es solo una etapa y que al chico/a se le va a quitar mas adelante y no hacemos nada, estamos en un error. Mientras más se le aguante, peor será.

No apoyemos la violencia ni a quien hace uso de ella, especialmente si la persona es un jovencito/a y si nos interesa que tenga una vida mejor de lo que le espera de continuar así. Hay soluciones a nuestro alcance en las primeras etapas del problema. La organización llamada “Anger Managent” no solo le ayudará a la persona a comprender de dónde proviene su violencia, sino también le dará herramientas prácticas para contrarrestarla. Esta organización ofrece ayuda para todas las edades a precios que van de acuerdo a los ingresos.

Usted que tiene que lidiar con esa persona violenta en su familia, sabe que no debe, ni quiere, ni puede esperar más. Con el tiempo esa persona se lo agradecerá.

LA SOLEDAD NO ES BUENA CONSEJERA

Quiero hablar de algo de lo que muchas personas me comentan:

Considero que la Soledad, que es la peor enfermedad que sufrimos todos los que vivimos en este país. Aquí se nos trata de convencer que es la gordura o la diabetes lo que más nos aqueja a los Latinos, sin embargo poco se escucha hablar de lo difícil que es no tener a nuestros padres, hermanos, primos y ni hablar de nuestros amigos. Especialmente en los primeros años, tal pareciera que nuestro teléfono estuviera descompuesto y que el timbre de nuestra puerta no existiera.

En nuestros países, si tenemos un problema, siempre hay un amigo que se interese de verdad y que trate de darnos su apoyo, si es que no nos puede ayudar de otra manera. En este país tenemos muchos problemas y, por lo regular, ningún apoyo. Yo explico siempre que el sitio de nuestros amigos lo ocupan los sicólogos en este país. Nadie debe quedarse callado, sin compartir sus problemas, “tragándoselos” como se dice por ahí. Tenemos que aceptar el cambio y hacerlo lo más sencillo para nosotros. Pregúntese, si hay algún problema usted cree que le haría bien hablar con alguien y si la respuesta es SI, es el momento de buscar un consejero.

Hay organizaciones que ofrecen servicios de consejería gratuitos o a muy bajo costo. Aquí En Confianza, acepte que todos necesitamos ayuda de vez en cuando.

Problemas con su Casero?

Aquí En Confianza dígame:

Ha tenido usted algún problema con un casero? Quien no, verdad? Pues esto le paso a una persona del auditorio: Resulta que esta persona como siempre, hizo una solicitud para el departamento en la cual puso todos sus datos y la entregó al dueño del departamento. Fue aceptada, se cambió y vivió ahí por tiempo pero se dio cuenta que el casero no sólo estaba interesado en ella, sino que la espiaba a través de las ventanas de su departamento.

Esto le molestó a nuestra amiga, como ustedes se imaginarán y le pidió al casero que dejara de hacerlo. El aparentemente entendió y no la moslestó más…Un día ella le llamó para quejarse que la cañería estaba toda tapada y se le salía el agua del caño por el excusado. El le dijo que no era su problema y que ella lo solucionara. Pasado mucho tiempo, ella descubrió una gotera en su sala y le llamó otra vez para pedirle que la arreglara, obteniendo la misma respuesta y también le dijo el hombre que era muy quejumbrosa y que se tenía que ir del departamento inmediatamente.

En un caso así qué se puede hacer? Bueno, pues algo que puede ser muy efectivo. Puede usted llamar al Departamento de Vivienda y Empleo Justo, en donde atienden casos de discriminación en la Vivienda o en el Trabajo y casos de venganzas contra un inquilino que se queja de las malas condiciones de su vivienda, como en el caso que acabo de mencionar.

NUESTROS HIJOS NECESITAN UN ALIADO

Es usted papá o mamá y sus hijos están entrando o ya llegaron a la adolescencia– 11-12-13 años o por ahí? Si la respuesta es afirmativa o si les falta poco por llegar, ya me imagino lo que estará usted pensando: “Está en la edad de la punzada o de la choca” porque todo les choca, verdad? También es esta la edad en que se vuelven retadores y en que tratan de ver hasta dónde pueden llegar ellos y hasta dónde llegará la paciencia de usted.

Muchos padres temen esta etapa, sin embargo, si usted la sabe aprovechar, ésta es la mejor etapa para crear una relación muy cercana entre su hijo(a) y usted. Tiene dudas? Escuche: Esta es la etapa en que los chicos están despertando a la vida, al amor y también a los problemas. Si bien les gusta sentirse independientes, también es cierto que necesitan de un aliado que les pueda aconsejar sin sermonearles. Alguien muy firme en quien poder confiar de quien poderse agarrar, pero que entienda sus inquietudes y sus estados de ánimo.

Esa persona puede ser usted. Se lo digo por experiencia. La única condición es que usted hable menos, haga más preguntas y escuche más. Se asombrará de los resultados que tan simple táctica puede lograr y, con ello, habrá usted abierto el camino a la comunicación que muchos han cerrado para siempre. Haga la prueba! No depende de nadie más que de usted. Aquí En confianza, acepta el reto?

PARA LAS VICTIMAS DE DELITOS

Hola que tal? Hoy En Confianza, les quiero hacer una pregunta:

Se han puesto a pensar sobre la poca ifnormación que tenemos y lo perdidos que nos sentimos cuando nos vemos afectados por un delito?

Una pesona de la comunidad me contaba el otro día que alguien había chocado con ella por ir borracho, que ella fue llevada al hospital y que hasta tuvo que pasar dos o tres dias ahí. Afortunadamente la dieron de alta, pero no todo había terminado. Unas semanas después comenzaron a llegarle los cobros de la ambulancia, el hospital, de los médicos, etc y la pesadilla comenzó entonces. Estuvo a punto de perder su casa. Si usted ha estado en el hospital sabe a lo que me refiero.

Amigos, cualquiera de nosotros podemos ser víctimas de algún delito. El programa de Víctimas y Testigos está ahí para darnos la mano y acompañarnos, para guiarnos e informarnos sobre el sistema judicial y para apoyarnos, de ser posible, pagando por los gastos médicos o de sicólogos, derivados del delito. El Programa de Víctimas y Testigos también lo podrá referir a los servicios que puedan hacerle la vida un poco más llevadera en esos difíciles momentos.

Recuerden amigos, no importa si estamos legales o no en este país. Todos, todos tenemos derechos y usted no es la excepción. Será hasta la próxima en que nos encontremos aquí En Confianza Con Silvia.

QUE NO SE LE PARE EL RELOJ!

Una mañana escuché a una chica de 15 años preguntarle a su mamá si le dejaba tener novio. Después de su pregunta, hubo un silencio que pareció eterno, fue incómodo y terminó con un estruendoso NO por parte de la mamá. Después, ésta inició una letanía interminable – el famoso sermón -, que comenzaba con la conocida frase “en mis tiempos...” con las consecuentes protestas por parte de la niña, quien alegaba “pero hoy no es igual...”.

Los tiempos cambian en todo, pero ¿también así en lo que se refiere a la educación de nuestros hijos? Unas personas piensan que sí, definitivamente no se puede educar a los chicos como nosotros fuimos educados. Otros piensan que precisamente una educación a “la antigua” es lo que más conviene en un mundo tan turbulento. La verdad es que las cosas nunca son ni completamente blancas, ni completamente negras. Si nosotros educamos en todo como nosotros fuimos educados, es decir si “se nos para el reloj”, seguramente no estaremos preparando a nuestros hijos de la mejor manera para vivir en un mundo como el de hoy, que requiere actualización constante, en el que con el internet, la información está literalmente al alcance de los dedos y cuando el mundo, gracias tanto a la tecnología, como a la política mundial, se hace cada vez más pequeño. Todos sabemos todo lo que pasa en todas partes del mundo, o casi en todas. Por otra parte, no podemos darnos el “lujo” de ser unos padres tan modernos que nos olvidemos por completo de transmitirles a nuestros hijos nuestros valores, nuestras creencias, nuestra cultura, nuestras tradiciones, etc., y dejarlos que crezcan, literalmente, como puedan y tomando lo que cualquiera coloque frente a ellos. A los niños, los padres debemos darles el sentido del bien y el mal, de lo correcto y lo incorrecto y también a tomar las decisiones en consecuencia. Para enseñarles a razonar por si mismos y a tomar decisiones, debemos tomar los siguientes pasos: 1) hacerles preguntas tales como porqué desean hacer tal o cual cosa, 2) escuchar sus respuestas con mucha atención, 3) preguntarles las consecuencias que podrían tener con una u otra decisión, 4) Hacerles ver las cosas que no hayan tomado en consideración y finalmente 5) Preguntarles cuál decisión creen que es las que más les conviene de las varias opciones discutidas previamente.

Esta es una práctica que se tiene que llevar a cabo innumerables veces, pues aprender a tomar decisiones no es algo sencillo para nadie. Es decir, ésto se tiene que hacer desde que los niños son pequeñitos y hasta que llegan a la mayoría de edad. Por supuesto que conforme van creciendo, el ejercicio será mucho más ágil y más y más, serán ellos quienes lleven la voz cantante y nuestro papel como adultos se transforma en el de quien va haciendo ciertos ajustes necesarios, cuando ellos parezcan perder el rumbo.

LOS DICHOS POPULARES

“El que la hace, la paga”, me decía mi abuela siempre que la desobedecía y yo siempre pensaba “ya veremos, dijo un ciego….”

Al recordar viejos tiempos, inevitablemente se me ocurren miles de consignas que nos eran dadas a los jóvenes a través de los famosos dichos: “Mas pronto cae un hablador, que un cojo”, cuando decíamos mentiras; “el que mucho abarca, poco aprieta”, cuando queríamos ir más allá de nuestros límites; “dime con quién andas y te dire quién eres”, cuando debíamos reevaluar a nuestras amistades; “al que madruga, dios lo ayuda”, cuando posponíamos las cosas; o por el contrario, “no por mucho madrugar, amanece más temprano”, cuando queríamos adelantarnos sin necesidad; “agua que no has de beber, déjala correr”, para enseñarnos que no debíamos acaparar todo; “el que mal anda, mal acaba”, indicando que la vida se cobra justamente; “dios castiga sin palo y sin cuarta”, para recordarnos que siempre hay un castigo cuando se actúa mal; “con la vara que mides, serás medido”, cuando nos daba por juzgar a los demás; “cada oveja con su pareja”, para que notáramos la similitud (positiva o negativa) entre dos personas; “el león cree que todos son de su condición”, cuando prejuzgábamos; “a la tierra que fueres, haz lo que vieres”, cuando nos sentíamos inseguros de como actuar en alguna situación; “trata a los demás como quieres que te traten a ti”, para enseñarnos a ser amables; “como te ven, te tratan”, para recordarnos que el arreglo personal es esencial; “el que anda con lobos, a aullar se enseña”, para prevenirnos contra las malas influencias.

La conversación con mi abuela, seguiría más o menos así: “Nunca digas: de esa agua no he de beber”, porque “No se debe escupir para arriba, porque te caerá en la cara”, y yo le preguntaba “Para qué tanto brinco, estando el suelo tan parejo?”, tú bien sabes que “El hilo se rompe por lo más delgado”. Yo mejor digo que “En boca cerrada no entran moscas”, y como “No todo lo que brilla es oro” y “ Más sabe el diablo por viejo que por diablo”, yo te voy a obedecer. Pues qué bueno, diría mi abuela, porque “El que no oye consejos, no llega a viejo” y aunque es cierto que “Arbol que nace torcido jamás su tronco endereza”, también es verdad que “Al que a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija”. Tú nada más “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy” y “No dejes camino real por vereda”, porque “Camarón que se duerme, se lo lleva la corriente”. “Haz el bien y no mires a quien”, porque “Nunca es tarde si la dicha es buena”. Aunque me contestes mal de vez en cuando, “A palabras necias, oidos sordos”. Sí abuela, “A cada capillita le llega su fiestecita” y como “A caballo dado no se le ve colmillo” y “Más vale pájaro en mano que ciento volando”, después de todo vivimos en “Pueblo chico, infierno grande” y, finalmente, “Donde manda capitán, no gobierna marinero”. Esa es mi nieta! “De tal palo tal astilla”, ahora nadamás, “Cria fama y hechate a dormir”.

Pareciera como si, a través de los dichos, la sabiduría de cientos de años se diera en cápsulas a los más jóvenes, como medicina para prevenir comportamientos y curar males sociales. Continuemos la tradicion!

QUE ES UN JOVEN SIN SUENOS?

Desde hace muchos años, mi trabajo con nuestra comunidad Latina me ha dado la oportunidad de hablar con muchos jóvenes, de hacerles muchas preguntas y de escuchar muchas cosas que no esperaba y que son, con frecuencia, difíciles de escuchar. Por ejemplo: cuando estuve trabajando con jovencitas encarceladas por ser violentas, por pertenecer a pandillas por, aparentemente, no importarles las consecuencias de sus acciones, aprendí que en casi todos los casos lo que las había orillado a actuar de una forma tan destructiva era que sentían que no le importaban a nadie y no tenían sueños de un futuro mejor.

Me pregunto y le pregunto a usted: ¿qué es un jóven sin sueños? Es una bomba de tiempo! La juventud es equivalente a la fantasía, la imaginación. Es una fuerza que lo puede llevar a uno a sitios elevados, a lugares a los que nadie ha ido antes. El avance del mundo hasta hoy se lo debemos al empuje de los jóvenes que en los distintos campos han hecho lo que nadie había hecho antes. Su imaginación es como un corazón palpitante que puede darle vida a lo inesperado. Es una energía incontrolable y contagiosa que, inevitablemente, toca todo lo que está cerca de ella. El control y la dirección de esa energía depende de los adultos. No nos podemos hacer más a un lado. No nos podemos dar el lujo de pensar que sin nuestra guía los jóvenes sabrán utilizar esa fuerza y esa energía de manera positiva.

Todos en la comunidad hemos sido testigos de lo que sucede cuando esta energía se desborda por falta de control: encontramos a chicos de 14, 15 años y aún menores matando a otros o arriesgando su vida innecesariamente. Y los padres, ¿dónde están? ¿porqué sienten los jóvenes que pueden hacer esas cosas? ¿porqué no los controlan más? ¿porqué no les ponen atención? Son sólo algunas de las preguntas que escucho constantemente. Y, si todos estamos de acuerdo en que debemos ponerle más atención a los jóvenes, ¿porqué nuestros hijos andan por ahí, juntándose con quienes no les convienen?

Cuando escucha usted a algunos padres decir: “es que no puedo controlar a mi hijo/a” ¿no le da coraje? No se pregunta usted: ¿será que no pueden, o que no se quieren tomar el tiempo y el esfuerzo para controlarlos y que les es más fácil quejarse de lo rebeldes que son, que poner las medidas necesarias? Será que desde que nuestros hijos eran pequeñitos, hemos tirado la toalla para que otros la recojan? ¿Será que nos hemos convertido en una generación de padres irresponsables? Siempre decimos que daríamos la vida por nuestros hijos, pero ¿no podemos dedicarles más tiempo? La excusa de que trabajamos muchas horas y estamos cansados, ya está demasiado trillada. ¿Qué, hace años la gente no trabajaba dos y tres trabajos también? O más bien será que también nosotros los adultos estamos tan metidos en problemas de vicios de toda índole que nuestro enfoque ha cambiado totalmente de educar a nuestros hijos a nuestra propia satisfacción, sea la que sea? Y si no les vamos a educar, me pregunto: ¿para qué queremos tener hijos?

Retomemos las riendas de nuestra familia y la oportunidad de guiar a nuestros hijos y así les estaremos dando la oportunidad a ellos de tener una vida feliz y positiva.

Que tanto le afectan las criticas?

Conteste estas preguntas con sinceridad: ¿Le afectan las críticas? ¿Se siente usted inseguro de lo que hace o dice por las críticas que recibe? ¿Quisiera usted cambiar su forma de ser para que no le critiquen? Si su respuesta a alguna de estas preguntas fue afirmativa, permítame decirle que lo lamento mucho. Lo lamento por la sencilla razón que lo que le hace querer cambiar o sentirse afectado no es un deseo real de mejorar su forma de ser, sino más bien un deseo de complacer a los demás, aunque complacer a todos es imposible y también porque su felicidad, entonces, depende de los demás y no de lo que usted piense o sienta.

Señoras y señores, la verdad es que todos somos criticados a diario, por múltimples razones. Algunas veces con razón, pero por lo regular sin ella, la gente nos critica por cómo nos vestimos, cómo nos comportamos, cómo nos expresamos, por nuestras costumbres, por nuestras tradiciones, por el idioma que hablamos, por lo estudios que tenemos o no tenemos y por las cosas que compramos o no compramos. Es decir, tenemos que aceptar el hecho que la gente nos va a criticar, con o sin razon y por cualquier cosa. Una vez que somos capaces de aceptar este hecho, nos es mucho más sencillo decidir qué vamos a hacer con esas críticas.

Para comenzar a aceptar que vamos a ser criticados, lo primero que tenemos que hacer es 1) aceptar quienes somos: saber que no somos perfectos y que tampoco somos “moneditas de oro” pero al mismo tiempo, siempre tratar de ser mejores personas de lo que fuimos ayer, 2) saber porqué hacemos lo que hacemos: es decir, saber los motivos que nos mueven y a enfocarnos en nuestra meta, y 3) estar dispuestos a reirnos de nosotros mismos: así, cuando alguien se ría de nosotros, ya le llevaremos la delantera.

Comprendamos que a quien nos critica, sin importar su edad ni la nuestra, seguramente le mueve la envidia, la incapacidad y la falta de creatividad. Quienes critican, regularmente, se enfocan tanto en los demás porque no tienen un enfoque propio y porque, aunque parezca lo contrario, son personas tremendamente inseguras que resaltan los posibles “defectos” de los demás para que nadie note los suyos. Las personas seguras de sí mismas e inteligentes, no critican. Por el contrario, si tienen algún comentario que hacer siempre buscan la manera de decir las cosas tratando de no afectar negativamente a los demás.


Si usted se detiene mucho a pensar en las críticas que le hacen, perderá el enfoque en lo que a usted le interesa y también perderá mucho tiempo y energía, pues sin importar lo que usted haga o deje de hacer, a esas personas nunca les dará gusto. Ellas siempre encontrarán de qué hablar. Tome mi consejo y no se deje impresionar por aquellas personas que con mucha autoridad (aparentemente) le critican o, simplemente, se burlan de usted. De la misma manera, dejemos de criticar a los demás. Por el contrario, si alguien critica a otra persona en su presencia, pídale que no lo haga porque le hace sentir incómodo/a hablar de alguien que no está presente y retírese. Aunque al principio quizá sus amistades se sorprendan, en poco tiempo comprenderán que no deberán contar con usted para criticar y burlarse de otra persona. Recordemos que “con la vara que mides, serás medido”.

LA IMPORTANCIA DE SABER ESCUCHAR

Hace muchos aňos, aprendí de primera mano lo importante que puede ser el escuchar a una persona. Yo era una adolescente y vivía todavía en casa de mis padres. Una noche, por ahí de las tres de la maňana sonó el teléfono. Por supuesto yo estaba completamente dormida a esa hora, pero al tener como típica adolescente, el teléfono junto a mi cama, lo contesté antes que sonara dos veces y con dificultad articulé un callado “Bueno”. La voz del otro lado era la de una mujer que no reconocí. Inmediatamente me pidió una disculpa por haber llamado a esa hora. Me dijo además que no nos conocíamos, que había marcado mi número de teléfono al azar y que nunca volvería a llamar, simplemente porque no tenía ni idea del número que había marcado. Después respiró profundamente y me pidió que no le fuera a colgar, que no tenía que decirle absolutamente nada, pero que por lo que más quisiera, no le colgara. Como es de imaginarse, yo estaba entre intrigada y sorprendida, le dije que podía hablar y le aseguré que no colgaría. Me contó la historia de su vida; una historia triste y sórdida, la cual incluía el abandono, la prostitución, la violencia. No sé cuánto tiempo pasé escuchando a la mujer que a veces se sentía enojada, otras desesperada, otras muchas avergonzada y que lloraba inconsolablemente. Después de lo que me pareció una historia de horror y de una pausa un tanto larga, en la que la mujer (de la que nunca supe su nombre) se sonó y suspiró un par de veces, volví a escuchar su voz, mucho menos pesada, más clara y sin duda, más tranquila. “Todavía estás ahí?” me preguntó y le respondí que sí. “Gracias por escucharme” me dijo “nunca te volveré a llamar, pero quiero que sepas que antes de marcar tu número había marcado varios y todas las personas me habían colgado. No tenía a nadie a quien decirle todo lo que me había traído a este punto de mi vida y si tú me hubieras colgado, había decidido no marcar ningún otro número. En lugar de eso, me iba a suicidar.

Esta es una historia extrema, que por supuesto marcó mi vida y desde muy jóven supe que el hecho de tener la paciencia y la atención de escuchar a los demás, puede hacer una diferencia muy grande en la vida de otra persona. Hoy, como madre, sé que los padres no podemos dejar de escuchar a nuestros hijos. Lo que ellos piensan, sienten y viven nos puede dar la pauta para saber cómo podemos apoyarles y ayudarles a pasar los retos que se les presenten. Desafortunadamente, muchas veces los padres estamos tan ocupados que cuando vemos a los hijos simplemente los saludamos y comenzamos a “decirles” lo que tienen que hacer y a “ordenarles” una serie de cosas, en lugar de “preguntarles” y “escuchar” lo que ellos tienen que decir. Si cuando nuestros hijos nos cuentan sus cosas tratamos de verlas desde su punto de vista y, sobre todo, si no nos da un ataque de amnesia y no se nos olvida que también un día tuvimos su edad, seremos además de sus padres, amigos con quienes se pueden comunicar y divertirse y una vez establecida esa relación de confianza, podemos aconsejarles en lugar de regaňarles y nuestros consejos serán entonces mucho mejor recibidos. Haciéndoles preguntas abiertas a las que no puedan responder con un sí o un no, lograremos que nos cuenten sus historias.

Piénselo, si no sabemos lo que nuestros sienten y piensan, ¿cómo podremos cumplir con nuestra obligación de orientarles?