lunes, 12 de diciembre de 2011

LLAMADO URGENTE PARA ACTUAR HOY MISMO...


¡Nos Quitan La Voz!
¡Nos Quedamos Sin Información!

Noticias Costa Central se Cancela

Llama y escribele al dueño de Entravision para pedirle que no nos deje en la oscuridad. 

¡Comprueba que la Union Hace La Fuerza!


Walter F Ulloa
Entravision Chairman and CEO
2425 Olympic Boulevard Suite 6000 West
Santa Monica, CA 90404

viernes, 28 de octubre de 2011

¿ESTAN MUERTOS LOS MUERTOS?








Son los muertos los que se fueron

Y los vivos los que quedaron?

O son los vivos los que murieron

Y, sin darse cuenta, siguieron caminando?


Quizá son los muertos, los vivos,

En un mundo que esta de cabeza,

En el que la muerte del alma se vive,

Y la vida del alma se aleja.


Sin importar si vivos o muertos

Los que se quieren se juntan, se abrazan,

Las pasadas vivencias los unen

Y los actos del vivo, con el legado del muerto se enlazan.


Nadie muere por completo,

A menos que sea olvidado,

Pero ningún vivo estará solo

Si en su alma aun existe el recuerdo de un ser amado.


martes, 13 de septiembre de 2011

LA UNION HACE LA FUERZA...


Por Silvia Uribe

Por peras o por manzanas, desde hace diez años no hay un Latino en el Concilio de Santa Barbara y a nadie parece importarle mucho cambiar esta situación. Sin embargo, es imposible gobernar de una manera adecuada cuando prácticamente el 40% de los habitantes de Santa Bárbara somos Latinos y, hasta ahora, prácticamente hemos sido ignorados. Si bien es cierto que los Latinos compartimos muchas de las necesidades con el resto de la comunidad, también es cierto que muchas veces, los demás no tienen las mismas necesidades que nosotros.

Especialmente en cuestiones de vivienda, trabajo, oportunidades para estudiar, transporte, etc., nuestras necesidades son inmensas, mientras que estas mismas cosas, para otros, son algo en lo que ni siquiera piensan o, si lo hacen, las ven desde un punto de vista muy distinto al nuestro.

Por otro lado, nosotros los Latinos tenemos que reconocer que en nuestra participación en las cuestiones políticas o de la comunidad, es demasiado baja y que ese es uno de nuestros principales problemas. Frecuentemente decimos que tenemos que trabajar y que no contamos con el tiempo de ir a juntas, lo cual puede ser cierto en muchos casos, pero también es cierto que en mucho otros nos gana la flojera o la desidia y nos resulta más cómodo quedarnos en casa en lugar de estar presentes en las reuniones en donde se toman las decisiones que nos afectan directamente a los Latinos.

Al no estar presentes, no nos toman en cuenta y al no ser tomados en cuenta, casi siempre salimos perjudicados de una forma u otra.

Esto debe cambiar. Ya no está el horno para bollos. Con todo lo que se dice de los inmigrantes, cada vez se aprobarán más leyes y reglamentos que nos perjudicarán. Ya estuvo suave! Ahora es nuestro momento para cambiar la jugada y para actuar en beneficio de nosotros los Latinos. De otra manera, nadie sacará la cara por nosotros.

Si quieres saber más sobre la forma de participar durante el tiempo que tengas disponible, conéctate a LatiDems al tel. 253-3431 o escríbeles a latidems@gmail.com.

LatiDems ha organizado “El Grito Político” que es un foro educativo con interpretación al Español con varios de los candidatos postulados, Latinos y no Latinos. Se llevará a cabo el 14 de Septiempre del 2011 a las 6:45 a 9:00pm en la Iglesia First United Methodist Church, en la esquina de Anapamu y Garden. Esta es una estupenda oportunidad para que comencemos a participar en la vida política de nuestra ciudad.

LatiDems es un club del partido Demócrata que agrupa a personas y organizaciones Latinas, como La Casa de la Raza, la Cámara de Comercio Hispana, El UDW – Sindicato de Trabajadores Domésticos y otras y cuyo esfuerzo se centra en preparar a los Latinos y buscar oportunidades para que participen activamente en la vida política de nuestra comunidad.

No importa si tenemos estudios o no, ni si somos jóvenes o mayores. Lo importante es que toda la comunidad vea que tenemos interés y que sepan que ya no estamos dispuestos a que nos sigan ignorando. Conéctate hoy con LatiDems y apoya así a los candidatos Latinos. Este es el momento ideal. ¡Adelante!

¡La Unión Hace La Fuerza!

jueves, 11 de agosto de 2011

LAS FIESTAS ESPAÑOLAS EN SANTA BARBARA…

UNA VISTOSA COMBINACION DE TRES CULTURAS.





Por Silvia Uribe

La primera vez que acudí a Las Fiestas Españolas en Santa Bárbara, me llevé una sorpresa tremenda. Por su nombre, yo me esperaba algo completamente distinto. Esperaba algo como lo que en España y en partes de América Latina se conoce como una Romería.

En las Romerías, el gaitero y el tamborilero tienen un papel muy importante, pues son quienes abren la fiesta y la amenizan. Los asistentes bailan jotas o cualquier otro baile proveniente de las distintas regiones de España, se bebe vino en bota o en porrón y tanto hombres como mujeres llevan puestas las alpargatas.

En Santa Barbara, Fiesta no es así. Aquí, Las Fiestas Españolas son una fabulosa mezcla de tres culturas muy diferentes: la Española con su música, bailes flamencos y vestidos de escarolas, la Mexicana con su música vernácula y con suntuosos y coloridos trajes regionales y la Americana, con su enorme aprecio por las distintas culturas que han existido en esta ciudad y su inconfundible sello comercial, pues durante Fiesta, se vende de todo.

Este aprecio por el pasado y la historia de nuestra ciudad no se limita solo a Fiesta. Si nos fijamos, la mayoría de las calles llevan nombres Latinos, ya sea de personas (Cota, Ortega, Jimeno o Junípero) o de cosas (Indio muerto, Cañón Perdido o De La Viña). Sabemos del gran aprecio que existe por la comida Mexicana, por la música de Mariachi y por el estilo Mediterráneo que la ciudad se esfuerza por mantener. No en todas partes existe el aprecio al pasado que existe aquí.

El aprecio por ambos idiomas es también un sello de Santa Bárbara. Tenemos una definitiva tendencia al bilingüismo y esta tendencia se presenta tanto en los Americanos como en los Latinos. Prácticamente todos entendemos un poco (o un mucho) del otro idioma y cuando nos animamos a mezclarlos, nos podemos comunicar con bastante eficiencia.

Durante la semana de Fiesta, los niños se divierten en el McKenzie Park con espectáculos y juegos infantiles, en el Parque Hundido de la Corte con los bailables durante las Noches de Ronda y en la Plaza De La Guerra con su exquisita comida y su música. Los grandes nos divertimos con lo mismo que los niños y además contamos con el entretenimiento nocturno. Los cascarones, el confeti, la alegría y la gente que acude, son cosas que todos disfrutamos, sin importar la edad o la nacionalidad.

Por supuesto hay a quienes nos les gustan y critican las Fiestas Españolas. Se quejan de las vendimias, del gentío y del exceso de alcohol, así como de la violencia que Fiesta parece atraer. En los últimos dos puntos: el alcohol y la violencia, les doy la razón.

Los días de Fiesta son para divertirse y pasarla bien. Es por ello que los padres debemos cuidar mucho lo que hacen nuestros hijos adolescentes y, si es necesario, les debemos “jalar la rienda” y supervisarlos más que de costumbre con tal de asegurarnos que no se metan en problemas. Después de todo, su seguridad es nuestra responsabilidad y es más importante que la diversión. Aunque no les guste, deberemos poner límites claros a lo que pueden y no pueden hacer, con quién pueden salir y a qué hora tienen que estar de vuelta en casa. Si no quieren cumplir con nuestras condiciones, no podrán participar en Fiesta.

Fiesta es mi celebración predilecta, así que por ahí nos veremos y QUE VIVA LA FIESTA!

lunes, 11 de julio de 2011

LOS DEPORTES Y NUESTROS HIJOS


Por Silvia Uribe


Todos hemos escuchado más de una vez y hemos comprobado, que los deportes son un buen hábito que les debemos enseñar a nuestros hijos. Por ahí dicen que “Mente sana en cuerpo sano”. Ya sea soccer, natación, tenis, futbol americano, basquetbol o cualquier otro deporte, el deporte les enseña a nuestros hijos a prepararse y competir con la finalidad de ganar y con el espíritu de

ser parte de un equipo. Todo esto les va a servir en la vida, cuando estudien una carrera universitaria, cuando trabajen en cualquier ámbito y para saber que su obligación es la de hacer su mejor esfuerzo.

Nosotros, como padres y madres, nos sentimos orgullosos de ellos y secretamente estamos convencidos que nuestro hijo/a es el/la mejor. Es como si cuando nuestros hijos participan en un juego, todos los demás chicos se borraran y nosotros solo tenemos ojos para ver a los nuestros y punto. Si, nos sentimos orgullosos cada que hacen una anotación y nos preocupamos cuando percibimos que alguien comete una falta en su contra.

Pero, a veces, los padres llevamos las cosas a los extremos. Creemos que nadie debe tocar a nuestros hijos, que nadie debe marcarles una falta, que tienen que ganar a como dé lugar y, si no ganan, nos molestamos con ellos y con los demás. Es ahí cuando la cosa se pone, como dicen en mi tierra, “color de hormiga”.

A los adultos, en nuestro afán que nuestros hijos resulten triunfadores, se nos olvida que una gran parte de la enseñanza cuando practican un deporte, es precisamente enseñarles a aceptar las derrotas, a reconocer sus errores y, al mismo tiempo, a reconocer los aciertos de quienes jugaron mejor. Con frecuencia, los padres ponemos tanta presión sobre nuestros hijos, que hacemos que dejen de disfrutar su deporte, que se sientan extremadamente nerviosos y, a veces, hasta que se sientan avergonzados de nuestras acciones hacia otros niños o hacia otros adultos durante los juegos.

Por lo regular, cuando perdemos el control sobre nuestras emociones es cuando nos comportamos de esta forma irreflexiva y, francamente imprudente. Es precisamente entonces, cuando les estamos dando el peor ejemplo que podemos darles y cuando les estamos robando todo el gozo y la oportunidad de adquirir las herramientas necesarias para que las utilicen cuando, en la vida, las cosas no vayan a su favor.

Con esa actitud lo que estamos haciendo es enseñarles que golpear e insultar es la mejor manera de arreglar los problemas. Si somos sinceros, tenemos que reconocer que, en realidad esta es una forma irracional y primaria de lidiar con lo que no nos gusta. Son solo valentonadas que, al final, nos hacen quedar en ridículo ante los ojos de los demás y nos hacen ver como personas no muy inteligentes. Con nuestro ejemplo, les damos a nuestros hijos permiso para actuar de igual manera, aún cuando en otras ocasiones les digamos que no les peguen a otros niños. Si nuestros hijos copian este comportamiento, tarde o temprano tendrán problemas con la ley por el simple echo de no saberse controlar.

Los padres tenemos la gran responsabilidad de educar a nuestros hijos de manera que se les haga más fácil la vida y para que no se metan en problemas. Nuestro ejemplo es básico. Controlemos nuestras emociones y nuestras reacciones. No les hagamos caer en los problemas que, precisamente, les queremos evitar.

lunes, 27 de junio de 2011

ADAPTARSE NO ES OLVIDAR

Por Silvia Uribe

Yo no se a usted, pero a mi me costó mucho trabajo adaptarme a vivir en los Estados Unidos. Me tomó 5 años tan sólo comenzar a lograrlo. Es decir, cinco años para dejar de llorar todos los días, para acostumbrarme a que mi teléfono nunca sonara, para aceptar que nadie iba a llegar a visitarme a la casa y para entender que aunque me asomara a la ventana o saliera a la calle, no vería ninguna cara conocida.

Se dice fácil, pero el aceptar cada una de estas cosas, era ir matando lo que yo amaba mas, pero eso no era lo peor. La idea de no ver seguido a la familia y los amigos, tan amados todos, me resultaba insoportable.

En mi mente siempre estaba el pensamiento de lo que haría cuando volviera a vivir a México, mi tan amado país. La imaginación me traicionaba e, inesperadamente, en mi mente revivía las imágenes de sitios y escenas tan familiares de una forma tan real, que a veces temía perderme de la realidad. Los conocidos sonidos, olores y colores grabados en mi mente, hacían imposible que desapareciera el dolor de no estar en mi tierra, cerca de lo que consideraba tan mío.

Una noche, mi marido hizo un comentario que me cimbró, que movió todas las fibras en mi interior y prácticamente me sacó todo el aire, al punto de no poder respirar. “Yo creo que nos vamos a quedar a vivir en Santa Barbara definitivamente” –dijo pensativo. “Ya estamos aquí y es mejor que nos quedemos por nuestras hijas y por nosotros. El aire es más limpio, hay mucha más seguridad, el tráfico no es un problema y la calidad de vida es superior.” Yo le escuchaba como a la distancia. El esperaba una respuesta, pero mi mente era un torbellino que no me permitía formular palabra alguna. Sabía que él tenía razón, pero no quería seguirle escuchando. Mis ojos lloraron por días enteros, mientras mi mente y mi corazón sangraban hasta quedar secos.

Sorpresivamente, todo ese dolor sirvió para algo. Terminé de llorar el pasado y comencé a aceptar mi nueva realidad.

Por cinco años me había sentido como si estuviera parada sobre una grieta muy profunda con un pie en cada lado. Era como si en cualquier momento me fuera a tragar la tierra. A partir de esa noche, todo fue diferente. Me dí cuenta que por fin había logrado poner los dos pies del mismo lado, en tierra sólida y que por fin podía comenzar a caminar con paso firme y así lo hice.

Quise compartir esta historia para brindar un rayito de esperanza a todas aquellas personas que han pasado o están pasando por una situación similar a la que yo pasé. Cuando estamos en este país pensando solo en volver al nuestro, estamos haciendo imposible nuestra vida y nuestro progreso aquí. Si trabajamos nada más para juntar algo de dinero y regresarnos a vivir a nuestra tierra, al poco tiempo tendremos que volver acá para juntar más dinero, pero como nos fuimos, al volver tendremos que comenzar desde abajo y eso se convierte en el cuento de nunca acabar.

Es más fácil adaptarnos y tener una mejor vida aquí, que quedarnos atorados en un ir y venir que no nos permite avanzar ni aquí ni allá. De cualquier modo, adaptarnos no significa que olvidemos nuestra patria, ni a los seres queridos. No estamos dándole la espalda a nada ni a nadie. Simplemente, nos estamos forjando un futuro mejor y nadie nos puede condenar por ello.

Adaptarse no es olvidar, adaptarse es darse a uno mismo la oportunidad de progresar.

LA AUTODISCRIMINACION… UN MAL INNECESARIO.

By Silvia Uribe

Para apreciarnos, debemos saber quienes somos. Eso cae por su propio peso, pero en realidad, apreciarnos tal cual somos puede resultarnos más difícil de lo que creemos, especialmente cuando comenzamos a compararnos con otros.

Y cuando nos comparamos, ¿por qué lo hacemos? ¿Para superarnos? ¿Para alentarnos a nosotros mismos? La verdad es que la mayor parte de las veces en la comparación que hacemos salimos perdiendo porque, de entrada, nosotros nos sentimos perdedores. Con frecuencia escucho “fulanito es muy inteligente y por eso tiene un buen trabajo, en cambio yo…” “fulanita es muy bonita y por eso tiene suerte en el amor, pero yo…”

Muchas veces también escucho a las personas describir a otra comparándose “ella si es muy bonita, blanca, blanca, de ojos azules y rubia, además es delgada y muy alta” y las personas que dicen esto no se dan cuenta que siendo bajitas, morenitas y de ojos oscuros son quizá más guapas todavía. La pregunta es, ¿por qué nos hacemos menos nosotros mismos? ¿por qué hombres y mujeres somos tan inseguros?

Hay familias, por ejemplo, en las que sus miembros son de todos colores y sabores. Unos blancos y de ojos claros, otros morenos claros y otros más obscuritos y alguno por ahí, hasta pelirrojo; unos altos, otros bajitos, de pelo grueso, lacio y negro y otros rubios y de pelo rizado. Todos con características que les gustan y otras, no tanto, pero no por eso se tratan diferente entre ellos, ni se sienten con ventaja o en desventaja en relación a los demás. Cada quién es como es y así se aceptan.

¿Entonces por qué unos se aceptan y otros no?

Es cuestión de lo que se conoce como autoestima y ésta, normalmente, la obtenemos en la casa. Lo que les decimos los padres a los hijos hace, definitivamente, una gran diferencia. Si nosotros como padres les hacemos saber a nuestros hijos e hijas, desde pequeñitos, lo lindos, lo inteligentes y lo hábiles que son – en lugar de compararlos con sus hermanos o con alguien más - y se los repetimos cada que podemos durante su crecimiento, serán personas seguras que no se compararán con nadie. Por otro lado, las imágenes que se ven en los medios también pueden afectar la autoestima de nuestros hijos, si nosotros como padres no les ayudamos a nuestros hijos a analizar lo que ven. En las novelas, por ejemplo, es raro que existan personajes protagónicos que no sean la típica imagen del hombre y la mujer blancos y rubios.

¿Pero es esa una imágen realista? Por supuesto que no. Ni son así todas las personas en nuestros países (más bien son los menos) ni todos son guapos/as (el maquillaje hace Milagros) ni tampoco nacieron con los cuerpos que tienen (casi siempre son fruto de cirujías, dietas extremas y de enfermedades tales como la anorexia)

Y si hablamos de la vida que tienen muchos de esos actores que vemos en el cine y la television, éstas son mucho menos glamorosas de lo que creemos. Llenas de alcohol, drogas y violencia; de depresión y de intentos de suicidio; de aislamiento y soledad. ¿Qué es en realidad lo que les envidiamos? ¿El dinero? Pues si, es cierto, algunos (los menos) ganan muchisimo dinero. Otros, ganan bien y todo lo gastan y otros nadamás fingen que lo ganan y viven de las apariencias y endrogados toda la vida.

Asi que si el león no es como lo pintan ¿porqué nos sentimos menos? Si en este país la discriminación nos afecta a todos, la autodiscriminación nos afecta todavía más, aunque no sea tan obvia. Cuando nos autodiscriminamos, nos estamos prejuzgando y con nuestro ejemplo, damos pie a que los demás nos juzguen y nos rechacen por el color de nuestra piel y por nuestros razgos físicos. ¿No es de esto precísamente de lo que nos quejamos tanto?

Mientras nos menospreciemos a nosotros mismos, los demás nos discriminarán también. Este es el momento de cambiar nosotros y a abolir la discriminación comenzando por nuestra propia casa.



lunes, 25 de abril de 2011

SOBRE LAS COMPARACIONES….

(Meditación)

Por Silvia Uribe


Compararse con otros es perder identidad, valor. Es como tener la batalla perdida aún antes de comenzarla. Nos comparamos con alguien porque nos sentimos inferiores, porque pensamos que no podemos llegar, alcanzar, lograr, obtener, lucir, sonar, o pensar como aquel con quien nos medimos.

Compararnos es una declaración velada de una inseguridad escondida tras la pretendida promesa de una autosuperación que sabemos no llegará. Compararse es envidiar y ¿porque envidiaríamos algo que estamos ciertos de poder obtener? La envida es incapacidad.

El que se compara le regala a otros el arma ideal para blandir en su contra pues es la apabullante aceptación de un destino innegable y de una derrota ineludible.

Una comparación es una verdad que duele, es un dolor que amarga y es una amargura que mata.

sábado, 26 de febrero de 2011

¿QUIEN ES UN BUEN PARTIDO?

Por Silvia Uribe








Nadie discute que no existe ni “el hombre perfecto” ni “la mujer perfecta”. Algunos se sienten atraídos por personas morenas o ricas o simpáticas o altas o simplemente románticas. Sin embargo, sin importar como sea o qué haga, lo difícil es encontrar a la persona adecuada para cada uno de nosotros. Es por esto que tanto los hombres como las mujeres tienen problemas para encontrar lo que Abi, mi abuela, solía definir como “un buen partido”.



Entendemos a qué se refería, pero en realidad, ¿de qué hablaba específicamente? Según ella, una persona que es un buen partido tiene las cualidades necesarias para ser, en todos sentidos, una buena pareja, sea hombre o mujer. Por supuesto que esto no quiere decir que la persona que es un buen partido nos va a proponer matrimonio. Eso solo lo dirá el tiempo. Pero si la persona que nos interesa tiene las características necesarias, estas serán un indicador que no estamos perdiendo nuestro tiempo miserablemente, arriesgándonos a enamorarnos de quien no nos hará felices. Básicamente son características que nos ayudan a ir más a la segura, por más que sepamos que en la vida no haya nada cien por ciento seguro.

La teoría es - en materia de amor, el corazón y el cerebro deben trabajar en conjunto y no alternadamente.

De acuerdo a mi abuela, debemos fijarnos en varias cosas – que venga de una familia que disfrute pasar tiempo juntos, lo cual significa que la persona aprecia el valor de una familia; que la persona no tenga vicios; si los tiene, todo el dinero irá a pagar por ellos. Que la persona haya sido criada en una religión, lo cual indica que fueron criados con valores morales y, finalmente, que la persona sea económicamente independiente – simplemente para evitar los parásitos y los vividores.


Casi puedo escuchar a mi abuela decir con tono decidido: “se deben tener largas conversaciones con esa persona sobre cosas que no sean sexo, alcohol o aventuras imaginarias. Durante dichas conversaciones, hay que averiguar de qué logros se siente orgullosa la persona, sobre sus metas para el futuro en general (no necesariamente relacionadas contigo) y qué es lo que está haciendo para lograr esas metas. Estas conversaciones te mostrarán qué tanta determinación tiene él/ella. Además, si la comunicación entre los dos es buena, ya tienes mucho camino avanzado”. Abi siempre me dijo “los que pueden hablar y reír juntos, pueden vivir juntos”.

Y, por supuesto, por nuestro bienestar, no debemos olvidar asegurarnos que la persona nos respeta física, verbal y emocionalmente.

Las características antes mencionadas no se pueden inventar o adquirir de repente y por supuesto no las podemos exigir; o se tienen o no se tienen. Así que no nos engañemos pensando que si no las tiene, las puede obtener mágicamente, solo para darnos gusto.

Una amiga muy querida, Mareu, no contó con el consejo de mi abuela. Conoció a un hombre muy guapo y muy simpático, pero cuyo único interés y enfoque era el dinero. No tenía valores morales, jugaba a las cartas y apostaba en las carreras de caballos. Además, era irrespetuoso y la agredía físicamente. Mareu acepta hoy que ella se dio cuenta de todo esto antes de casarse, pero eligió ignorarlo con la esperanza que él cambiara. Después de algunos terribles años de matrimonio, debido a los constantes abusos y a sus tendencias a serle infiel, la dejó sola, con el cuerpo amoratado y con el alma rota. Por si esto fuera poco y haciendo uso de sus relaciones y del poder que el dinero le daba, al poco tiempo cumplió con su amenaza de quitarle a sus hijos.

Desafortunadamente, la historia de Mareu no es poco común.

Nunca escuché a Abi hablar sobre la intuición, pero en mi experiencia ésta es crucial en asuntos del corazón. Sobre la intuición tengo una cosa que decir: Debemos confiar en ella. Muchas veces las personas sienten que algo no está bien en su relación y deciden ignorarlo. Con facilidad hacen a un lado las señales de alerta debido a su necesidad, o quizá a su necedad, por continuar con la relación, para más adelante darse cuenta – de la peor manera casi siempre – que debieron haberle hecho caso a su intuición.



Sabemos que nadie es perfecto y que nunca lo será. Así que, una vez que encontremos a “un buen partido” debemos estar listos para hacer ciertas concesiones de la lista (supongo que todos tienen una lista) de los requisitos adicionales que quizá no sean tan importantes en la vida.
Tenemos que recordar que nadie tiene la receta para la facilidad, pero si comenzamos con un “buen partido”, nuestras oportunidades de alcanzarla se incrementarán considerablemente.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Los Latinos y la Tecnología.

Por Silvia Uribe

Los Latinos le hemos dado hasta ahora muy poca importancia a la tecnología. Es como si pensáramos que, por ejemplo, al utilizar las computadoras, algo malo nos pudiera suceder y, por lo tanto, nos quedamos tan lejos de ellas como nos sea posible. Si bien es cierto que, como cualquier otra cosa, las computadoras pueden ser nocivas para nuestros hijos si los dejamos sin supervisión y viendo cualquier cosa que quieran ver, también es cierto que no podemos alejarlos, ni alejarnos de las mismas sin pagar un precio muy alto: el quedarnos atrasados en un mundo lleno de tecnología.

Las computadoras hoy no son un lujo, sino una necesidad y somos precisamente los padres quienes debemos de enseñar a nuestros hijos la manera constructiva de utilizarlas. Como seguramente usted sabe, existen programas especiales para que los niños no puedan ver o leer ciertas cosas Por otro lado, las computadoras son excelentes herramientas de investigación para cualquier fin que se requiera.

En mis muchos contactos con Latinos he escuchado toda clase de razones y excusas para no comprar una computadora para la casa. Que si son muy caras, que si son cosa del diablo, que como no hablamos inglés no podemos saber lo que están viendo nuestros hijos, etc. La verdad es que las computadoras hoy en día no son tan caras, con $400 puede usted conseguir una con muchísima capacidad y velocidad. Tampoco son cosas del diablo. La ignorancia y el atraso son del diablo! La verdad es que las computadoras son como pequeñas ventanas al mundo que nos permiten ver todo lo que antes ni soñábamos con conocer – hechos, lugares, personajes y mil cosas más.

Por otro lado, la supervisión que usted le dé a su hijo es crucial y no tan difícil de llevar a cabo. Para lograrlo, la computadora tiene que estar una area comun de la casa, donde siempre o casi siempre hayan personas. Los chicos menores de 18 no deben tener la computadora en su recámara o en cualquier otro sitio en donde puedan estar solos.
Otra razon es que no sabemos usar las computadoras y tememos descomponerlas. No es que tengamos los $400 para tirarlos a la basura. Pero la verdad es que, para descomponer una computadora, se necesita mucho. Es decir, que no por utilizar una tecla incorrecta la computadora se estropeara, así que dejemos el miedo a un lado y comencemos a experimentar con ellas.

La computadora es una herramienta maravillosa, siempre y cuando les enseñemos a nuestros hijos a utilizarlas como lo que son y no como substituto de la vida familiar o social. Estos aparatos son ideales para evitar quedarnos con dudas, pues con solo hacerle una pregunta, tendremos la respuesta antes que podamos formular otras preguntas.
Pero, interesantemente, las computadoras no son buenas solo para los chicos en edad escolar. A las personas mayores les permite volver a estar en contacto con los amigos o parientes a quienes no pueden ver en persona. A los adultos nos pone alas. Con solo hacer “click” aquí y allá podemos viajar virtualmente a cualquier sitio y aprender muchas cosas. Las computadoras son como un pozo sin fondo, lleno de riqueza intelectual y afectiva.

No podemos quedarnos fuera y sin participar en esta riqueza.

En este mundo que las computadoras han hecho tan pequeño al acortar las distancias y los tiempos en los que nos enteramos de lo que pasa en el otro lado del mundo, no nos podemos permitir, ni permitir que nuestros hijos se queden sin las oportunidades que se merecen.

Recordemos que el ejemplo que les demos a nuestros hijos es crucial para su desarrollo. Debemos demostrarles que sus padres están dispuestos a utilizar todas las herramientas a su alcance para lograr un bienestar para su familia.

Ellos aprenderán el valor de estar siempre al día y, al mismo tiempo, podrán ser competitivos en un mundo cada vez más difícil.

martes, 25 de enero de 2011

Algo Mas que Palabras

Por Silvia Uribe

Las palabras nunca son solamente palabras. Las palabras, aunque comunes, son una forma mágica de comunicar pensamientos que no tienen forma, ni color, ni olor y los convierten en algo concreto, algo que nos podemos imaginar y que casi podemos ver.

Las palabras también visten nuestros sentimientos. Unas veces los visten de gala y otras veces de forma inicua. Nos permiten entenderlos y explicarlos a otras personas y es así como nos podemos identificar con los demás.

Son armas de dos filos. Puedan herir y sanar, hacernos reír y llorar, causar asombro o aburrirnos, hacernos entender o cerrar nuestra mente. Son la llave de oro para conocer lo que las personas tienen en el corazón y sus sueños y sus miedos. Las palabras son tan importantes que aún cuando no se dicen, su ausencia puede delatar lo que se desea ocultar.

Desde luego, estas maravillosas herramientas deben ser utilizadas - como toda herramienta - con mucho cuidado y con responsabilidad.

No se debe hacer sentir mal a alguien y después pretender que solo se trataba de una broma. No se debe hablar con engaño y culpar a la persona por no conocer la verdad, así como no podemos mal aconsejar, o incitar a la violencia y después decir que no era nuestra intención o peor aún, pretender que cuando la violencia brota, no somos responsables de haberla causado.

Nuestras palabras, por lo tanto, deben ser utilizadas con cuidado. Nuestros seres queridos y aquellos con quienes tratamos merecen que nos fijemos como las usamos y que estemos pendientes de lo que decimos y cómo lo decimos. Particularmente, cuando estamos enojados y aunque nos parezca muy difícil, es cuando más debemos controlar nuestras palabras, pues una vez que salen de nuestra boca, su efecto es irreversible. Podrá uno disculparse y nos podrán perdonar, pero las palabras no se olvidarán. Siempre quedan como herencia de amor o de odio, de dolor o de alegría, de violencia o de paz.

Si seguimos este consejo, los principales beneficiados seremos nosotros mismos, pues al final, las palabras dichas a través de la vida, harán que terminemos rodeados de aquellos que nos aman y sintiéndonos muy queridos o solos y olvidados.

Cada quien decide.