martes, 25 de enero de 2011

Algo Mas que Palabras

Por Silvia Uribe

Las palabras nunca son solamente palabras. Las palabras, aunque comunes, son una forma mágica de comunicar pensamientos que no tienen forma, ni color, ni olor y los convierten en algo concreto, algo que nos podemos imaginar y que casi podemos ver.

Las palabras también visten nuestros sentimientos. Unas veces los visten de gala y otras veces de forma inicua. Nos permiten entenderlos y explicarlos a otras personas y es así como nos podemos identificar con los demás.

Son armas de dos filos. Puedan herir y sanar, hacernos reír y llorar, causar asombro o aburrirnos, hacernos entender o cerrar nuestra mente. Son la llave de oro para conocer lo que las personas tienen en el corazón y sus sueños y sus miedos. Las palabras son tan importantes que aún cuando no se dicen, su ausencia puede delatar lo que se desea ocultar.

Desde luego, estas maravillosas herramientas deben ser utilizadas - como toda herramienta - con mucho cuidado y con responsabilidad.

No se debe hacer sentir mal a alguien y después pretender que solo se trataba de una broma. No se debe hablar con engaño y culpar a la persona por no conocer la verdad, así como no podemos mal aconsejar, o incitar a la violencia y después decir que no era nuestra intención o peor aún, pretender que cuando la violencia brota, no somos responsables de haberla causado.

Nuestras palabras, por lo tanto, deben ser utilizadas con cuidado. Nuestros seres queridos y aquellos con quienes tratamos merecen que nos fijemos como las usamos y que estemos pendientes de lo que decimos y cómo lo decimos. Particularmente, cuando estamos enojados y aunque nos parezca muy difícil, es cuando más debemos controlar nuestras palabras, pues una vez que salen de nuestra boca, su efecto es irreversible. Podrá uno disculparse y nos podrán perdonar, pero las palabras no se olvidarán. Siempre quedan como herencia de amor o de odio, de dolor o de alegría, de violencia o de paz.

Si seguimos este consejo, los principales beneficiados seremos nosotros mismos, pues al final, las palabras dichas a través de la vida, harán que terminemos rodeados de aquellos que nos aman y sintiéndonos muy queridos o solos y olvidados.

Cada quien decide.

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