domingo, 2 de septiembre de 2007

NADIE PIERDE HASTA QUE SE DA POR VENCIDO

El dicho aquel que cuenta que “nosotros somos lo que creemos ser” , nos habla de una gran verdad en relación al poder de nuestra mente sobre no solo nuestro cuerpo, sino sobre nuestra actitud ante la vida.
Una persona me contaba lo mal que iban las cosas para ella, cómo mucha de las personas que conocía le tenían mala voluntad y, por lo tanto, cuando ella necesitaba apoyo para hacer lo que ella deseaba, nadie estaba dispuesto a dárselo y por esta razón, ella sola nunca iba a poder llevar a cabo sus sueños. Esta historia la he escuchado muchas veces a lo largo de mi vida. Las palabras varían pero el final es siempre el mismo: Fracaso, Frustración y Desánimo.
Quisiera que pensáramos en esto por un momento y que meditáramos sobre la importancia de tener pensamientos positivos y sobre las consecuencias de tenerlos negativos.
Cuando una persona piensa negativamente es como si se programara para no lograr las cosas que desea. El negativismo es como la enfermedad más peligrosa que nos pudiera atacar, porque no existe otra cura que no sea nuestra propia voluntad y decisión de cambiar nuestro patrón de pensamiento. No hay pastillas, gotas ni otro remedio que nos haga ser positivos, más que nuestra propia decisión de tener éxito, de vivir una vida feliz y de ganarle la batalla al pesimismo. ¿Cómo? No permitiéndonos quedar atorados y enredados en las trampas comunes. Si algo nos sale mal, en vez de lamentarnos, hagamos un análisis de las razones reales que se interpusieron entre nosotros y el éxito, y planeemos mejor la próxima vez. Reconozcamos que no somos tontos y que podemos cambiar el resultado de las cosas si somos persistentes, es decir, si no nos dejamos vencer a la primera. A todos nos gusta ganar, pero eso no quiere decir que nunca vayamos a encontrarnos con obstáculos. Nadie pierde hasta que se da por vencido.
Si andamos por la vida quejándonos de nuestra mala suerte, diciéndoles a los demás lo desafortunados que somos y viendo nuestro futuro negro, dudo mucho que nuestra suerte vaya a cambiar. Es más, la gente va a alejarse de nosotros, porque a nadie le gusta estar con un perdedor que además, hace gala de serlo. ¿Se ha preguntado usted por qué las personas que parecen siempre alegres, optimistas y seguras de sí mismas, son por lo regular las personas que tienen éxito en la vida? ¿Será una casualidad? ¿O será más bien el resultado lógico de ser una persona positiva? Una persona alegre es más abierta y a una persona abierta se le van a presentar más oportunidades que a una persona tímida o insegura. Mientras que una persona negativa está muy ocupada quejándose de lo injusta que es la vida, la persona alegre y abierta se da cuenta de las oportunidades y las toma antes que sea demasiado tarde. Una persona positiva siempre va a poder ver más de una manera de hacer lo que desea, mientras que una persona negativa a la primera se da por vencida.
La suerte existe sin lugar a dudas, pero en mi experiencia el éxito es en un 90% más atribuible a una actitud positiva, a la persistencia y a la tenacidad que a la suerte.

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