A los papás que me están escuchando les voy a preguntar. ¿Ha escuchado usted a su hijo? Si, si, ¿sabe cuáles son sus problemas presentes? ¿cómo se llaman sus amigos y qué les gusta hacer? ¿qué piensa de la política, ¿cuál es su canción predilecta o su cantante favorito? En una palabra, ¿conoce a su hijo/a? Y no me vaya a decir que el/ella no se deja y que sólo contesta con un si o un no hasta que usted se desespera y le deja de preguntar cosas.
Aquí le doy algunas ideas para evitar esa actitud:
– Comuníquele a su hijo/a que van a dedicar 1/2 hora al día para platicar y cúmplalo pase lo que pase, aunque los primeros días no se de muy bien la conversación. La plática debe ser sin distracciones, como radio, tele, etc. Y su interés en las respuestas de su hijo/a debe ser auténtico.
– Sabe que? Hágale preguntas que le den una buena idea de cómo estuvo el día para su hijo o hija: ej. ¿Qué fue lo más chistoso de tu día? ¿Cuál fue la sorpresa del día? ¿Qué fue lo peor del día? ¿Qué fue lo mejor? ¿Qué fue lo estresante? ¿Qué fue lo más triste? Etc., y si usted le pone un ¿de verdad? Después de cada respuesta, hasta puede lograr que su hijo le platique más de lo que usted pensaría. Trate de mantener al mínimo sus propios comentarios y eso sí, no lo critique. Si hay algo que corregirle, hágalo más tarde o al día siguiente, pero no en ese momento.
El tiempo que pase escuchando a sus hijos es un tiempo bien invertido y nunca perdido.
1 comentario:
Gracias por la orientación contenida en tu artículo, es de gran ayuda para nosotros los padres.
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