domingo, 9 de septiembre de 2007

¿NIñOS INQUIETOS?

Todos los que somos padres sabemos que cuando nuestros hijos se ponen inquietos, nosotros queremos meternos por debajo de la mesa y no sabemos cómo actuar. Si nos enojamos por su mal comportamiento y les regañamos, malo. La gente nos tacha de inconsecuentes, poco tolerantes y nos miran con recelo. Si los dejamos que se sigan portando mal, malo. Nos tachan de conchudos, groseros y que no sabemos educar a nuestros hijos. Entonces ¿qué hacer?
Cuando nos encontremos en un sitio cerrado, como una oficina, un restaurante, una iglesia, un cine, estemos rodeados de adultos y los chicos comiencen a gritar, llorar, correr, golpear, o hacer un berrinchazo, existen tres sencillos pasos que dan muy buen resultado y que nos ayudarán a que nuestros pequeñitos no tengan esas actitudes que tanto nos incomodan.
1 – No les permita que en su casa tengan ese tipo de comportamiento. Si usted les permite que lo hagan en su casa, ellos pensarán que está bien hacerlo en cualquier otro sitio.
2 – No asuma que a los demás no les molesta o que no se dan cuenta. La verdad es que nosotros aguantamos a nuestros hijos porque les queremos, pero los demás no tienen porqué.
3 – Siempre tenga con usted algún juguete/objeto que les distraiga del comportamiento negativo, pero si esto no funciona, sálgase con su hijo/a del lugar. Recuérdele que ese no es un comportamiento aceptable y dígale que él/ella sabe portarse bien y que usted espera que lo haga.
La verdad es que los niños son niños pero no tienen ni un pelo de tontos y pueden entender que no estamos dispuestos a aguantar su mal comportamiento, ni en público ni en privado.

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