Una señora me comentaba que estaba preocupada por su hija de 15 años. Alicia es una buena niña, respetuosa y alegre, sin embargo la señora ha notado que su hija le exige cada día más y más cosas. Quiere comprar ropa de marca, lo último en teléfonos y aparatos para música. Desea comprar regalos para sus amigas y los regalos resultan bastante costosos. Vaya, pareciera que la chica pensara que el dinero crece en los árboles!
La familia de esta chica es de clase media y sus papás trabajan mucho para poderles dar lo necesario y un poco más a sus tres hijos, pero las exigencias de la chica parecen no tener límite y esto ya está causando otros problemas en la familia. Este tipo de historia es común y quizá usted la está viviendo de cerca. Si es así, permítame darle tres ideas que quizá le ayudarán a mejorar la situación:
1) Primero hable con su hija/o y explíquele que vivir compitiendo y/o comprando a sus compañeros costosos regalos sólo le atraerá gente interesada y no buenos amigos. También dígale que cuando compra un aparato hoy, mañana saldrá otro que será mejor y que nadie puede tener todo, todo el tiempo
2) De a su hija/o una suma determinada al mes y explíquele que no le dará más y que deberá administrarlo y comprar con él lo que quiera o lo que pueda.
3) Sea firme y cuando le pida más dinero, no se lo de. Esa es la única forma en que va a entender que el dinero no crece en los árboles y que todo tiene un límite.
La solución está en sus manos. No tema ponerla en práctica.
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