Por Silvia Uribe
Una de las principales razones por la que todos apreciamos la Navidad además de lo religioso es, sin duda alguna, la comida, oiga usted! Para la cena de Nochebuena algunos no perdonan los tamales, los romeritos con las ricas tortitas de camarón, el bacalao y otros platillos y dulces, como la fruta seca o la colación, que nos recuerdan nuestra niñez.
¿Verdad que recuerda ese nerviosismo que no nos dejaba dormir cuando niños porque esperábamos recibir los regalos que el niño Jesús nos traería? Luego la levantada tempranito para correr a ver si nos trajo lo que habíamos pedido. Qué lindos recuerdos!
Aquí, a veces es difícil revivir esos momentos. Ya sea porque estamos lejos y no podemos ver a la familia o porque nuestra relación ya no es tan cercana. Nos sentimos solos, nos deprimimos y la temporada nos puede parecer interminable e inaguantable. Si la depresión se apodera de usted marque la línea de intervención en momentos de crisis en su area. Por otro lado, usted puede planear desde ahora, lo que va a hacer esos días. Ofrézcale a sus amistades contribuir con algún platillo y seguramente estarán más que dispuestas a invitarle a cenar esa noche. Pídales que le incluyan en el intercambio también. De esa manera, usted dará y recibirá algo, como todos. Sus amigos estarán encantados de invitarle si les da la oportunidad. Al fin que donde comen dos, comen tres, ¿o no?
Reciban un abrazo de mi parte y les deseo que pasen una muy Feliz Navidad y los mejores deseos para el Año que viene.
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